domingo, 24 de enero de 2010

Unicef denuncia


UNICEF DENUNCIA EL ROBO DE NIñOS HAITIANOS EN LOS HOSPITALES
Los tratantes de la tragedia
Después de su advertencia sobre las adopciones ilegales en medio de la contingencia tras el terremoto, Unicef reveló ayer la desaparición de quince chicos. Empezó la distribución masiva de alimentos en Puerto Príncipe. La cifra oficial de muertos es 111.500.

Quince nenes haitianos desaparecieron de hospitales y Unicef sospecha que fueron secuestrados por redes de trata para el mercado de las adopciones ilegales. La entidad pidió frenar las adopciones aceleradas, para evitar que chicos de Haití sean arrebatados a sus familias. Entre tanto, la distribución de alimentos empezó a hacerse masiva en Puerto Príncipe, todavía limitada por problemas de logística: un rastreo satelital mostró 691 puntos de bloqueo en calles y carreteras. La búsqueda de sobrevivientes entre las ruinas se dio por finalizada. El balance oficial de muertos supera los cien mil, y el de heridos se acerca a los 200.000.
Jean Claude Legrand, representante de Unicef, reveló que “registramos 15 casos de niños desaparecidos de los hospitales, cuyas familias perdieron contacto con ellos y que sospechamos fueron secuestrados por tratantes a través de Santo Domingo”. El funcionario denunció “redes vinculadas con el mercado ilegal de adopciones, algunas de las cuales ya existían antes del terremoto”. La entidad insistió en “detener las adopciones aceleradas” y subrayó que “todavía muchos haitianos están buscando a sus hijos”.
Los equipos internacionales de rescatistas empezaron a retirarse de Haití, diez días después del terremoto, luego de haber logrado extraer a 121 sobrevivientes de entre los escombros. Todavía, una mujer de 84 años fue rescatada de entre las ruinas de su casa por amigos; está internada “con el pecho aplastado y totalmente deshidratada”. También fue rescatado un joven de 22 años.
Los esfuerzos se concentraban en la ayuda a los sobrevivientes. Ayer, funcionarios brasileños efectuaron la primera gran distribución de alimentos y agua en el enorme campo de refugiados en que se han convertido los jardines de Campo de Marte, cerca del palacio presidencial. Se distribuyó cantidad suficiente para alimentar a 4000 familias durante tres días. Veinte mil carpas que permiten alojar a cien mil personas fueron montadas por Naciones Unidas.
El problema es cómo hacer llegar la ayuda: “Hay suficiente comida y material de asistencia pero faltan camiones, vehículos y combustible”, explicó Edmond Mulet, jefe de la Minustah, dependiente de Naciones Unidas. Fotografías satelitales muestran que el transporte de ayuda en Haití tropieza con “691 bloqueos ligados a destrucciones de puentes o carreteras y a edificios derrumbados, y 224 carreteras están cortadas”, según la ONU. René Préval, presidente de Haití, señaló “una falta general de coordinación”.
Lentamente, la normalidad empezó a volver a Puerto Príncipe. Algunos restaurantes, heladerías y también peluquerías comenzaron a funcionar. Ayer se reabrieron las oficinas de envío de dinero y miles de personas hicieron cola para recibir ayuda de familiares en el extranjero. Varios bancos se disponían a abrir hoy y “la mayor parte de los supermercados abrirá la próxima semana”, anticipó un portavoz de la ONU. La entidad, días pasados, efectuó un operativo para rescatar el dinero en efectivo de los bancos dañados por el sismo.
Ayer se registraron dos réplicas del terremoto, breves pero relativamente fuertes, que provocaron nuevas escenas de pánico entre los residentes. El Instituto Geológico Estadounidense (USGS) estima en un 90 por ciento la probabilidad de que en las próximas cuatro semanas haya réplicas de magnitud 5 o superior. “Continuarán produciéndose durante meses o años, pero su frecuencia disminuirá con el tiempo”, explicó.
Ayer, el gobierno haitiano llevó a 111.499 muertos y 193.891 heridos el balance provisorio de víctimas. Unos 609.621 se hallan en campos de refugiados. El último balance por parte de funcionarios de la ONU de los muertos asciende a 70, con 146 desaparecidos.
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