martes, 24 de noviembre de 2009

Sobre el pensar en positivo

Barbara Ehrenreich: "Si quieres una población conformista, ¿qué mejor que decirle a todo el mundo que tiene que pensar positivamente y aceptar que cualquier cosa que vaya mal en sus vidas es por su propia culpa?"
El lado negativo de pensar en positivo
Anis Shivani
La revista In These Times entrevistó a Barbara Eherenreich *, que en su nuevo libro Bright-Sided: How the Relentless Promotion of Positive Thinking Has Undermined America (Metropolitan/Holt, Octubre de 2009) examina los orígenes del optimismo contemporáneo, desde los sanadores del siglo XIX hasta los consumistas del siglo XX.
El optimismo fabricado se ha convertido en un método para hacer sentir culpables a los pobres de su pobreza, a los enfermos de su enfermedad y a las víctimas de despidos corporativos por su incapacidad para conseguir trabajos que valgan la pena. Las megaiglesias sermonean el "gospel de la prosperidad", exhortando a los pobres a que visualicen el éxito económico. Las empresas han abandonado la toma racional de decisiones, optando por el liderazgo carismático.
Esta obsesión por mirar el lado brillante o positivo de lo negativo nos ha llevado al actual colapso financiero; los líderes empresariales optimistas -asistidos por funcionarios ingenuos- han tomado muy malas decisiones.
P. La promoción del optimismo ¿es un mecanismo de control social para mantener al sistema en equilibrio?
R. Si quieres tener a una población conformista, ¿qué podría ser mejor que decir que todos tienen que pensar positivamente y aceptar que si algo va mal en sus vidas es su propia culpa, porque no han tenido una actitud lo suficientemente positiva? De todos modos, no creo que exista algo así como un comité central que diga, "esto es lo que queremos que crea la gente".
Esta tendencia se dio en Estados Unidos porque en los 80 y 90 se convirtió en un negocio. Podrías escribir un libro como Who Moved My Cheese? (¿Quién me quitó mi queso? N. de la T.), que es un clásico sobre la aceptación de despidos con una actitud positiva. Y luego contar con que los empleadores lo compren para distribuirlo gratis entre sus empleados.
P. ¿Entonces esto se dio a comienzos de los 80 y más aún en los 90 cuando la globalización realmente despegó?
R. Estaba mirando la época de los despidos masivos, que comienza en los 80 y luego se acelera. ¿Cómo controlas la fuerza de trabajo cuando no hay seguridad en el empleo? ¿Cuándo no hay recompensa por estar haciendo un buen trabajo? ¿Cuándo podías ser despedido sin que tuviera nada que ver con tu desempeño? Cuando esto comenzó a suceder, las empresas empezaron a contratar predicadores motivacionales para comunicarse con su gente.
P. ¿Este "pensar en positivo" no podría ser lo que la cultura empresarial quiere que todos crean, pero en la cúspide de la organización las personas continúan siendo totalmente racionales?
R. Esto es lo que yo intuía cuando comencé esta investigación. Pensé, "tiene que ser racional en las altas esferas. Alguien tiene que ponerle el ojo a los beneficios". Históricamente, la ciencia de la administración se centraba en la empresa racional, hojas de cálculo, árboles de decisión y las decisiones se basaban en análisis concienzudos.
Pero luego todo fue desplazado en favor de una nueva noción de lo que es la administración empresarial. La palabra que usan es "liderazgo". El CEO y los altos ejecutivos no están ahí para analizar y planear sino para inspirar a la gente. Ellos han afirmado tener esta extraña capacidad para detectar las oportunidades. Fue una sorpresa encontrar hasta dónde la cultura empresarial había sido infiltrada, no solo por el "pensamiento en positivo", sino también por el misticismo. La idea es que ahora las cosas se mueven tan rápido en esta era de la globalización, que ya no hay más tiempo para pensar. Entonces encuentras cada vez más CEOs reuniéndose en rituales y ceremonias místicas (N. de la T.: La autora menciona tres: "Sweat lodges", "drumming circles" y "vision quests", todos ellos ancestrales rituales indígenas) para entrar en contacto con su Gengis Khan interior o lo que sea que busquen.
P. Lo mismo sucede en política exterior. Hemos abandonado el sentido de realismo. Lo hemos visto con Bush y también con Obama, a pesar de que éste es más realista. ¿Existe una conexión entre el optimismo y el crecimiento del imperio?
R. En los 80, Reagan promovió la idea de que Estados Unidos era especial y que los americanos eran gente elegida por dios, destinada a prosperar, y ser la envidia del resto del mundo. Igualmente, Bush se vio a si mismo como el optimista a cargo, como un animador -que había sido su trabajo en la Universidad-. Esto es muy parecido a cómo los directores ejecutivos están comenzando a verse a sí mismos: como personas cuyo trabajo es inspirar a otros para que trabajen más duro a cambio de menos paga y ninguna seguridad en el trabajo.
P. ¿Dirías que Obama es nuestro animador a cargo?
R. Todavía no lo he resuelto. Él habla mucho sobre la esperanza. Y como ciudadana yo no quiero oír nada sobre "esperanza", sino sobre "planes". Todavía me parece una persona racional, que piensa en todas las posibilidades y alternativas.
P. Escribiste que la ciencia del pensamiento positivo nació en las universidades de la Liga Ivy (N. de la T.: Grupo de ocho universidades privadas de prestigio de EE.UU.). Es asombroso para mí que un curso sobre felicidad en Harvard pueda reunir casi 900 estudiantes.
R. Eso fue en 2006. Y esos cursos se han diseminado por todo el país: cursos en psicología positiva donde dedicas tiempo a escribir cartas de gratitud a tu familia, cartas de perdón (sin importar si las envías o no), conectándote con tus sentimientos de felicidad, y no creo que sea esto en lo que deba consistir la educación superior. Las personas van a la universidad a aprender pensamiento crítico y el pensamiento positivo es la antítesis del mismo.
P. Has escrito mucho sobre el calvinismo. ¿Es acertado decir que tienes un gran problema con el calvinismo?
R. Al explorar por qué Estados Unidos se convirtió en el lugar de nacimiento del "pensamiento positivo", llegué a la conclusión de que se relaciona con los primeros pensadores en positivo. Este tipo de pensamiento representó, en los comienzos, un rechazo a la corriente calvinista en el protestantismo estadounidense a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX. Esa clase de calvinismo enloqueció a la gente, literalmente. Se trataba de pensar que eras un pecador, que tu entera existencia por toda la eternidad sería un tormento en el infierno. Causaba depresión, dolencias físicas. Era una pesadilla. Entonces algunas personas a comienzos y mediados del siglo XIX dijeron, "espera un minuto, las cosas no son tan malas". Ralph Waldo Emerson fue, probablemente, el mejor ejemplo conocido.
P. ¿Podrías llegar incluso hasta el Iluminismo -la principal filosofía optimista-? Para nuestros padres fundadores era bien conocida. ¿Es ese un tipo de optimismo que tú apruebas? Y, finalmente, ¿cuál es la diferencia entre la persecución de la felicidad como manifestación de optimismo y el actual optimismo del que tú hablas?
R. Cuando los padres fundadores emprendieron la guerra revolucionaria, no dijeron "vamos a ganar porque visualizamos la victoria". Ellos sabían perfectamente bien que podían perder y ser colgados como traidores. Requirió un coraje existencial decir: "vamos a emprender esta lucha sin saber si ganaremos, pero bien moriremos intentándolo".
P. Entonces, ¿de dónde vino el giro?
R. El giro tuvo mucho que ver con los ajustes de plantilla (down-sizing), cuando las corporaciones se apropiaron [del pensamiento positivo] como medio de tranquilizar su fuerza de trabajo descontenta. La alternativa es el realismo. Pensemos en lo que realmente sucede; recabemos toda la información que podamos; veamos cuáles son las opciones; busquemos cómo resolver este problema. Suena muy trillado y simplista, pero no es así como el pensamiento ha funcionado.
P. ¿Está el movimiento progresista infectado por esta costumbre de ver la parte positiva?
R. Los progresistas no son inmunes a ella. Recuerdo a Mike Harrington (N. de la T.: fundador de los Socialistas Democráticos de América) como un orador y que siempre, siempre terminaba con una nota optimista. Sin importar qué sucediera, él terminaría diciendo que había una enorme oportunidad para la izquierda. Hoy no sé si podríamos hacerlo. Pero no tenemos otra opción que intentarlo.
P. ¿Quieres decir que necesitamos tener optimismo, pero basado en la realidad?
R. No lo llamo optimismo; lo llamo determinación. Una de las cosas a las que me he consagrado durante mucho tiempo son la pobreza, las clases y la desigualdad. Estas cosas no desaparecerán mientras yo viva, pero no será porque no lo intente. Y ese es un tipo de espíritu diferente que el optimismo.
P. Algunos dirán que tu enfoque es racional, gradual y no precisamente emocionante. ¿Cómo responderías a eso?
R. No creo que el mío sea un enfoque árido, demasiado intelectual. Piensa en lo que estamos combatiendo en el frente económico y ambiental. Una gran cantidad de gente no estaría por la labor. Están las amenazas ecológicas a la especie humana. Hagamos algo al respecto. Lo que sería más irresponsable es decir, "si pensamos que todo irá bien, entonces irá bien".
* Presidenta de la "United Professionals" y autora de This Land Is Their Land: Reports From a Divided Nation.
Fuente: www.inthesetimes.com, traducción de Camila Vollenweider para www.sinpermiso.info

Como cortados con la misma tijera

EL CANDIDATO PRESENTO SU PLAN DE SEGURIDAD PARA URUGUAY
Según Lacalle, la gente clama por más represión

La fórmula de la derecha uruguaya Lacalle-Larrañaga presentó sus propuestas en materia de seguridad. El plan prevé la creación de un nuevo cuerpo policial formado también por militares. “La gente clama por más represión”, dijo a las claras el presidenciable del Partido Nacional (Blanco), Luis Alberto Lacalle, quien compite en segunda vuelta con el favorito, José “Pepe” Mujica.
Entre otras medidas que los blancos han diseñado para combatir la inseguridad se encuentra la creación de la Guardia Nacional Republicana (que incluye la transferencia de dos mil efectivos del ejército), la creación de un Instituto de Rehabilitación Juvenil y el aumento de penas para los menores infractores.
En caso de ganar la segunda vuelta electoral este domingo en la que competirá solo con Mujica, del gobernante Frente Amplio, Lacalle prometió dar respuesta a “la gente que clama por más represión” contra la delincuencia. La política de seguridad de su gobierno se centraría en destinar mayores recursos tanto a la prevención como a la represión de la delincuencia y a defender “el principio de autoridad” que, según dijo el ex presidente (1990-95), no ha sabido hacer respetar la actual administración del presidente Tabaré Vázquez.
“No podemos permitir que haya grupos de personas de noche en las playas drogándose o emborrachándose porque eso es una falta. Hay que aplicar la ley de forma estricta, caiga antipático o caiga como caiga, porque esa debilidad frente a la respuesta determina que ya ni siquiera se sienta cierta aprehensión ante la presencia policial”, dijo el senador Carlos Moreira, asesor de Lacalle en esta materia.
El Partido Nacional propuso reformar el Código de Faltas para mejorar su aplicación efectiva y recuperar espacios públicos. Lacalle y sus asesores también apuntaron a la creación de un Instituto Nacional de Rehabilitación Juvenil. Esta institución iría acompañada de reformas legislativas que penalicen la tentativa de hurto y la complicidad, además de establecer una franja de edad entre los 16 y los 18 años en la que los menores tengan responsabilidad penal para delitos graves como homicidio o asalto.
El candidato conservador también subrayó la necesidad de reformar la actual administración de justicia y la designación de jueces, en la que, según dijo, se han cometido “aberraciones” que han permitido decisiones de los magistrados en favor de los delincuentes y contra las fuerzas del orden. También hay medidas en cuanto al aumento del presupuesto del Ministerio del Interior, sueldos policiales más altos y emisión de bonos de seguridad pública como “deuda flotante” para financiar inversiones.
El presidenciable blanco hizo referencia además a un aumento de la seguridad rural, mostrándose preocupado por el abigeato y la violencia que viene en ascenso en el interior del país. Señaló la importancia que tiene la mejora del sistema carcelario y la creación de nuevas cárceles para descongestionar los penales y posibilitar el intento de rehabilitación de quienes realmente lo desean.
Como punto fuerte, Lacalle señaló que lo que realmente diferencia sus propuestas de las de su oponente Mujica –todas las encuestas dan al ex guerrillero una ventaja de seis a diez puntos sobre él– es que quien sea su ministro del Interior (en caso de llegar al gobierno) será alguien que sepa ejercer la autoridad, esto es, “un ministro con mano firme”.
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Dí NO a las dictaduras, son adictivas



JUSTICIA INTERNACIONAL Y GOLPES DE ESTADO
Para impedir más dictaduras
A partir de la reciente experiencia hondureña y de un juicio presentado contra los bancos por el financiamiento brindado a la última dictadura argentina, dos expertos en derechos humanos analizan el papel que puede jugar la Justicia internacional en el castigo y prevención de los golpes de Estado, tan comunes en la historia latinoamericana. La experiencia hondureña.

Convención contra los golpes
Por Carlos Slepoy *
El escritor y periodista argentino Marcelo Fabián Monges, radicado en México, está impulsando una notable iniciativa que he apoyado sin hesitar como me consta lo han hecho, entre otros, el Premio Nobel alternativo de derechos humanos Martín Almada y esa ejemplar Madre de Plaza de Mayo, Línea Fundadora, que es Nora Cortiñas. En su ingente actividad Marcelo Monges se ha entrevistado con representantes diplomáticos de distintos países. No dudo de que cuando la idea se generalice –y es urgente que lo haga– todos los organismos de derechos humanos de América la impulsarán: se trata de la necesidad de una Convención Interamericana que declare como crimen de derecho internacional, y penalice, los golpes de Estado. El reciente golpe cívico militar en Honduras y las amenazas que se ciernen en el mismo sentido sobre otras naciones actualizan dramáticamente la necesidad de perseguir este antiguo e impune delito que, una y otra vez en nuestra historia, ha abortado procesos de cambio imprescindibles para profundas transformaciones sociales y la integración indoafrolatinoamericana continental.
Desde las declaraciones de independencia de nuestros países se produjeron 327 golpes de Estado y asonadas militares. Durante el siglo XX los golpes de Estado en América latina fueron 288 (Bolivia, 56; Guatemala, 36; Perú, 31; Panamá, 24; Ecuador, 23; Cuba, 17; Haití, 16; Santo Domingo, 16; Brasil, 10; Chile, 9; Argentina, 8; Venezuela, 12; Colombia, 8; Uruguay, 5; en las islas de Surinam, Jamaica, Guyana, Granada y Trinidad Tobago, 15; México, 1; Paraguay, un golpe de Estado que duró 45 años). En la inmensa mayoría de los casos sus autores no sufrieron sanción alguna. En el 30 por ciento medió la intervención directa de tropas de EE.UU. (en un 70 por ciento en países de Centroamérica y el Caribe) [Fuente: Modesto Emilio Guerrero, periodista y escritor venezolano residente en Buenos Aires www.voltairenet.org/article137304.html].
En su ya larga historia, la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó en 1948 la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, la Convención Americana sobre Derechos Humanos en 1969 y, ya con carácter punitivo, la Asamblea General adoptó la Convención Interamericana para prevenir y sancionar la tortura en 1985 y la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas en 1994. Restan, clamorosamente, convenciones para prevenir y reprimir los genocidios, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra tan pródigos en nuestras tierras. Y los aquí comentados golpes de Estado, puertas de entrada y prolegómenos de aquéllos y de la violación masiva de los derechos económicos, sociales y culturales. Este crimen debe ser regulado como un delito autónomo de los demás y sus autores perseguidos judicialmente por el solo hecho de alterar el orden constitucional (cómo deberán serlo los golpistas hondureños, independientemente de que sean además sancionados por los otros delitos que están cometiendo).
Hay muchos que, con fundadas razones, opinarán que estos instrumentos internacionales son ineficaces: no impiden los crímenes y apenas son útiles para perseguir a unos pocos de los tantos implicados. Sin embargo, lo hasta hoy conseguido es, aunque poco, mucho más de lo que hubiéramos tenido si miles de personas y víctimas, cientos de organizaciones sociales y de derechos humanos no se hubieran conjurado para dar vida a tratados internacionales que nos dignifican y abren caminos. Es sabido que toda larga caminata comienza con los primeros pasos. La anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida por la Corte Suprema en Argentina o la reciente declaración de inconstitucionalidad de la eufemística Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado por parte de la Corte Suprema del Uruguay no hubieran sido posibles sin las aludidas convenciones y las interpretaciones que de las mismas han hecho la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA.
Sin embargo, estas instancias interamericanas, que como se ha dicho han cumplido un importante papel, revelan ya su insuficiencia. Es preciso desarrollar los principios y crear los juzgados y tribunales que, a escala americana, persigan efectivamente a los autores de los crímenes. En el caso, los responsables de golpes de Estado. Sin perjuicio naturalmente de su persecución en el país donde se cometen los hechos aunque, como es sabido, la impunidad que conllevan los mismos suele impedir su persecución.
Por eso se torna necesaria la creación de un Tribunal Penal Interamericano Permanente, a modo de la Corte Penal Internacional Permanente, pero sin sus groseras servidumbres a favor de los poderosos del planeta y la aplicación efectiva del principio de justicia universal –existente en la mayoría de las legislaciones de nuestros países pero lamentablemente inédito en su implementación–, conforme al cual estos hechos deben ser sancionados por los tribunales de cualquier país dada su naturaleza de crimen lesivo para la humanidad que convierte a sus autores en enemigos del género humano.
Sin estos dos elementos no avanzaremos, en lo sustancial, más que hasta ahora.
Quede dicho ahora que, como nunca antes, el contexto latinoamericano, con sus asechanzas pero también con sus sólidas promesas de futuro, es propicio para que muchos de nuestros gobiernos impulsen perentoriamente, tras dos siglos de golpes de Estado, una convención que persiga y reprima a sus responsables.
* Abogado. Fue querellante en España en los juicios contra los responsables del terrorismo de Estado en Argentina.



Los bancos de la dictadura
Por Rodolfo Mattarollo *
Nace en las Indias honrado,Donde el Mundo le acompaña;Viene a morir en España,Y es en Génova enterrado.Y pues quien le trae al ladoEs hermoso, aunque sea fiero,Poderoso CaballeroEs don Dinero.
De la conocida letrilla satírica de Francisco de Quevedo y Villegas.
Este diario publicó en el mes de marzo una nota titulada “Financistas del terror” del periodista Horacio Verbitsky. Era la nota principal de esa edición y en ella se informaba que dos hijos de detenidos-desaparecidos de La Plata, Leandro Manuel Ibáñez y María Elena Perdighe, demandarían a los bancos que financiaron a la dictadura, cuya “máquina de matar” –como la llamó al salir de la Argentina Philippe Labreveux, el corresponsal en Buenos Aires del diario francés Le Monde– se hubiera detenido sin ese combustible financiero.
La demanda fue interpuesta el 19 de marzo de este año en la ciudad de Buenos Aires y hasta una fecha reciente no se habría designado el juzgado competente para tramitarla.
A su vez, la Universidad de Palermo publicó recientemente en su revista jurídica (agosto 2009) un debate sobre “Dictadura y responsabilidad corporativa”, que incluye el estudio sobre las implicancias jurídicas del financiamiento de la dictadura militar argentina en que se basa la acción civil intentada por Leandro y María Elena.
Los autores del ensayo publicado por la Universidad de Palermo son Pablo Bohoslavsky y Veerle Opgenhaffen. El primero es Hauser Global Fellow, Escuela de Derecho de la Universidad de Nueva York y dirige la Maestría en Derecho Administrativo Global de la Universidad Nacional de Río Negro. Veerle Opgenhaffen, la coautora de esa colaboración, comanda el Centro de Derechos Humanos y Justicia Global de la Universidad de Nueva York.
No se va a repetir aquí la sólida argumentación jurídica que había sido adelantada por Verbitsky en marzo y desarrollada por los dos juristas antes mencionados en agosto. El propósito de esta nota es recordar muy brevemente que el tema de la responsabilidad corporativa en la violación de los derechos humanos tiene tradición en el derecho internacional y en particular en la doctrina elaborada por la Subcomisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En efecto, cuando se hizo evidente que la ayuda económica internacional era uno de los elementos que permitían la perpetuación e incluso la consolidación de la dictadura de Augusto Pinochet en Chile, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU (el 9 de marzo de 1977) solicitó a la subcomisión un estudio a este respecto.
Se encomendó el mismo al gran jurista italiano, profesor de la Universidad de Florencia, miembro de la subcomisión y gran amigo de Latinoamérica, Antonio Cassese, quien con el correr de los años presidiría el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia y actualmente cumple la misma función en el Tribunal Especial para el Líbano.
Se trataba de saber si un cambio cuantitativo o cualitativo de la asistencia económica extranjera podría contribuir a la restauración de los derechos humanos en Chile.
Del amplio y documentado estudio de Cassese (“La repercusión de la ayuda y la asistencia económica extranjera en el respeto a los derechos humanos en Chile”, Documento ONU E/CN.4/Sub.2/412, cuatro volúmenes) resulta que Chile recibió más asistencia económica en los primeros años de la dictadura que en varias décadas de regímenes democráticos. Esa asistencia provenía de instancias financieras internacionales y regionales, pero también de fuentes privadas: bancos multinacionales bajo la forma de préstamos y sociedades multinacionales bajo la forma de inversiones. Gracias a la asistencia de bancos privados y de sociedades transnacionales, la dictadura de Pinochet pudo evitar en una amplia medida el efecto de las presiones financieras ejercidas por la comunidad internacional para obligarla a respetar los derechos humanos (informe Cassese par. 536538).
En su conclusión el profesor Cassese subraya que la ayuda económica y financiera debe ser considerada siempre en el contexto general de la política económica y social del Estado beneficiario. En el caso de la dictadura chilena existía suficiente evidencia para afirmar que su política económica y social conducía necesariamente a violaciones de los derechos civiles y políticos y de los derechos laborales y sindicales.
Como señala el fino y lamentado jurista vietnamita Tran Van Minh, que profesó en la Universidad de Paris II (en una obra pionera “Multinacionales y Derechos Humanos”, publicada en francés, PUF 1984), en su momento las conclusiones de Cassese no eran espectaculares, en el sentido de estridentes, y por el contrario expresaban una tendencia que ya se afirmaba sólidamente en el seno de la ONU en los años ’70, la de situar la cuestión de los derechos humanos en el proceso de desarrollo económico.
Sería conveniente, para la ilustración del tribunal que debía intervenir, a más de los consistentes argumentos en que parece inspirarse el planteo judicial en curso, acompañar algunos de los otros antecedentes de la doctrina reparatoria elaborada a través del “desarrollo progresivo” del derecho internacional, en especial en la Subcomisión de Derechos Humanos de la ONU, de cara a las sistemáticas violaciones de los derechos humanos cometidas por las dictaduras del terrorismo de Estado. No es fácil el enfrentamiento con ese poderoso caballero Don Dinero.
* Consultor permanente de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
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Quitándose la máscara

El apoyo del gobierno de Estados Unidos a los golpistas de Honduras se había dado por la vía pasiva. Hoy lo hace de manera explísita. Felicidades. De igual manera, lo más retrógrado de la derecha religiosa (léase Opus Dei) deja la crisis de santidad en la que parecía vivir para lanzarse a repartir bendiciones: Micheletti había negado desde el inicio de su aventura que la Iglesia católica lo apoyara. Amén.






EXHORTO A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL PARA QUE NO RECONOZCA LOS COMICIOS
Zelaya envió una carta al mundo
Hoy cierran las campañas y Micheletti ya anunció que se retirará de la presidencia de facto entre el 25 de noviembre y el 2 de diciembre, a fin de no interferir en el sufragio y ayudar a su causa golpista. La OEA se muestra dividida.
A tan sólo seis días de las elecciones en Honduras, cada parte reforzó ayer su juego. Por un lado, la dictadura lanzó un llamado a los hondureños para que acudan a las urnas y validen su estrategia. “Después de una dura lucha contra todos, estamos listos para ejercer el sufragio”, bramó el gobernante de facto, Roberto Micheletti, al término de una misa celebrada para bendecir las elecciones. “Todo el mundo a votar”, dijo el legislador devenido en dictador. Por el otro, Manuel Zelaya, presidente legítimo, volvió a exhortar a la comunidad internacional para que no reconozca unos comicios organizados por un régimen de facto. Desde su refugio en la embajada brasileña en Tegucigalpa, el mandatario derrocado buscó dirigirse al auditorio más amplio posible: el hondureño envió su carta a los presidentes de América, a la OEA, a las Naciones Unidas (ONU) y a la Unión Europea (UE).
“En estos momentos tan difíciles les pido a los países hermanos de América y al mundo entero su solidaridad con Honduras. Que nos acompañen en base a los hechos por ustedes conocidos, revalidando la posición de no apoyar el intento unilateral de dar validez a un acuerdo rescindido en tiempo y forma por las violaciones consumadas por la dictadura”, arranca la carta de Zelaya. E insiste: “De la manera más atenta, invitamos a todas las naciones que reconocen nuestro gobierno a que se abstengan de apoyar las acciones del régimen ilegal que usurpó el poder por la fuerza de las armas. Invoco su cooperación para que no quede impune este golpe de Estado militar y sus sangrientas violaciones a los derechos humanos”, enfatiza la misiva.
Pero cuando ya pasó un día en plena semana electoral, el panorama no parece alentador para Zelaya. Hoy cierran las campañas de los candidatos y Micheletti ya anunció que se retirará de la presidencia de facto entre el 25 de noviembre y el 2 de diciembre, a fin de no interferir en los comicios y ayudar a su causa golpista. El gesto ya fue saludado desde Washington. “Valoramos este paso”, celebró Ian Kelly, vocero del Departamento de Estado. Además, José Alfredo Saavedra, presidente de facto del Congreso hondureño, ya dejó en claro hace algunos días que el Legislativo no discutirá la posible restitución del presidente legítimo hasta ese mismo 2 de diciembre, es decir, con las elecciones ya consumadas. “Estas elecciones tendrán que ser anuladas y reprogramadas para cuando se respete la voluntad soberana. Legitimar los golpes de Estado por medio de procesos electorales espurios divide y no contribuye a la unidad de las naciones de América”, advirtió Zelaya.
Vaticinio o simple constatación de los hechos, esa división entre los países del hemisferio en torno de las elecciones hondureñas fue ayer la nota del día en la sede de la OEA en Washington. Allí, a puertas cerradas y durante más de una hora y media, el secretario general de la organización, José Miguel Insulza, se reunió con los representantes de los 34 países miembros para intentar consensuar una posición común. Por un lado, las delegaciones de la Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Nicaragua y Venezuela anunciaron que no reconocerán la votación.
Por el otro, Arturo Valenzuela, el flamante nuevo subsecretario de Estado norteamericano para América latina, se encargó, en lo que fue su debut en el cargo, de dejar en claro la posición de Estados Unidos. “Las elecciones del 29 de noviembre son consonantes con el mandato constitucional de renovar el mandato presidencial y el de los congresistas, lo que permite a los hondureños ejercer su voluntad soberana”, explicó Valenzuela. Destacó que estas elecciones se comenzaron a organizar antes del golpe de Estado del 28 de junio y que por eso su país enviará observadores electorales, algo a lo que se negó la propia OEA. “Recurriremos a observadores internacionales de la sociedad civil y a nuestra propia observación para determinar si estas elecciones alcanzan los parámetros internacionales”, precisó el funcionario.
“Yo creo que Honduras está en camino de tener unas elecciones bastante decentes. No creo que la OEA alcance una postura común frente a estas elecciones”, remató Lewis Anselem, representante norteamericano ante el organismo interamericano. Panamá y Colombia adhieren a la postura de Washington. Perú lo está evaluando.
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Boicot de la Resistencia
A días de que se lleven a cabo las elecciones organizadas por la dictadura hondureña, el Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado reiteró que intentará boicotear los comicios. “La lucha contra las elecciones se hace organizando el Frente en los 298 municipios de los 18 departamentos del país”, señaló ayer Juan Barahona, líder sindical y dirigente del movimiento popular. “Nuestro llamado es no ir a votar por ningún candidato de los cinco partidos”, agregó. El Comité para la Defensa de los Derechos Humanos de ese país denunció ayer “los preparativos del Estado para ejecutar acciones de terror haciéndose pasar por militantes de la Resistencia”.
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Es el único de los grandes ricos hondureños que abiertamente rechaza el régimen de facto
El golpe deja un daño económico irreversible, y al PL dividido para siempre: Rosenthal

Roberto Micheletti, gobernante de facto hondureño, durante una misa ayer en TegucigalpaFoto Ap

Jaime Rosenthal Oliva, uno de los cuatro señores mediáticos de Honduras, durante la entrevista con La Jornada, ayerFoto Arturo Cano
Arturo Cano
Enviado
Periódico La Jornada


Martes 24 de noviembre de 2009, p. 26
San Pedro Sula, 23 de noviembre. Jaime Rosenthal Oliva es uno de los cuatro señores mediáticos de Honduras y también una rara avis: el único de los grandes ricos de este país que abiertamente está contra el golpe de Estado. Hace unas semanas, por ejemplo, Rosenthal trató de conseguir las firmas de cuatro decenas de diputados para que el Congreso fuera convocado a decidir sobre la restitución del presidente Manuel Zelaya. No lo consiguió y entonces decidió sumarse, más formal que realmente, a la campaña presidencial de su partido, el Liberal, aunque tiene la convicción de que el golpe de Estado ha dejado al menos dos resultados: un daño económico irreversible, y a los liberales, mayoría política en esta pequeña nación y ganadores de cinco de siete elecciones presidenciales desde 1982, divididos para siempre.
A diferencia de Tegucigalpa, aquí sí hay banquetas, de modo que no se debe caminar por la calle para llegar a una oficina, arriba de una pequeña sucursal del Banco Continental, del que Rosenthal es principal accionista. La oficina está en una plaza comercial de medio pelo, con despachos de abogados, tiendas que ofrecen baratijas chinas, trofeos deportivos y comida chatarra.
No al diálogo de sordos
Los liberales no estamos hechos para ser golpistas y mucho menos para atropellar al pueblo, escribió Rosenthal en una carta abierta, el 25 de septiembre pasado. La hizo publicar en el diario Tiempo, de su propiedad, el único de los medios nacionales que no ha estado con los golpistas.
No se trata de jugar al diálogo de sordos o de dilatorias para ganar tiempo, escribió también, anticipando la estrategia del gobierno de facto.
Como Rafael Ferrari, Jorge Canahuati Larach y el ex presidente Carlos Flores Facussé –los otros tres señores mediáticos–, Rosenthal tiene gran variedad de negocios. Los cuatro incursionan en bancos, aseguradoras, exportadoras, empresas de telefonía y cable, bebidas y equipos de futbol, entre muchos otros rubros.
Pero es Rosenthal quien encarna la representación simbólica más notoria de la vinculación entre los medios masivos de comunicación, el mundo de los negocios y la política, como dice el periodista Manuel Torres Calderón en su texto El poder de los señores mediáticos en Honduras.
Figura prominente del Partido Liberal, Rosenthal ha sido diputado, ministro, vicepresidente y aspirante eterno a la presidencia de Honduras. En el ocaso de su vida, ha depositado esa aspiración en su hijo Yani, quien fue ministro de la presidencia con Manuel Zelaya y ahora busca una diputación.
Hijo de un inmigrante judío nacido en Rumania, que llegó sin nada a este país en 1929, Rosenthal se graduó de ingeniero en 1957, en el Instituto Tecnológico de Massachussetts.
Desde entonces, los Rosenthal mantienen un pie en Honduras y otro en Estados Unidos. Tanto, que en esta crisis, asegura el patriarca del clan, reunieron a Zelaya con los golpistas en el aeropuerto de Nueva Orleáns.
Contacto en Luisiana
A Rosenthal le gusta presumir su papel dentro del país: hay gente que le dice que es la única figura capaz de unir de nuevo a los liberales. Y también fuera: “Yani, mi hijo, es muy amigo de Mel, y también ha hecho muy buenas relaciones con los gringos, y le han pedido que les ayude”.
En julio, su hijo estaba de vacaciones, en un búngalo que tenemos en Nueva Orleáns, y organizó una reunión de Zelaya con los representantes de los golpistas. La cita fue en el aeropuerto de esa ciudad, dice, y acudieron Arturo Corrales, representante de Micheletti; el ex presidente Carlos Flores Facussé, y un enviado del Departamento de Estado.
La reunión se celebró mientras en San José, Costa Rica, arrancaba el diálogo fallido bajo la mediación del presidente Óscar Arias. De ahí salió la propuesta de San José. Llegaron a un acuerdo pero no pudieron convencer a Micheletti. Bueno, creo que fueron las fuerzas armadas las que se opusieron.
Ya para entonces, dice Rosenthal, el ex presidente Flores, el hombre fuerte del liberalismo, había variado su posición y estaba por una salida negociada. Al principio, Flores estaba totalmente de acuerdo con el golpe; incluso fue a Washington con (Ricardo) Maduro (también ex presidente, pero del Partido Nacional). Ambos viajaron, se ha especulado mucho aquí, para defender el golpe en la capital estadunidense. Ahí (Flores) se arrepintió y llegó a la otra posición de buscar un acuerdo, porque empezaron a acusarlo a él y su hija de golpistas y él tenía la esperanza de que la hija podía llegar a la presidencia de Honduras, y la gente dice ahora que está terminada.
El domingo, Carlos Flores y su hija Lizzy, vicepresidenta del Congreso Nacional, estuvieron en el cierre de campaña del liberal Elvin Santos, en Tegucigalpa, en un gimnasio cerrado que sus seguidores no pudieron llenar.
El disco rayado de Santos fue contra el socialismo del siglo XXI, aunque admitió la división de su partido.
Pero la figura indiscutible del día fue Flores, el único que mereció este grito de la concurrencia: ¡Ése sí es un líder!
Afuera del gimnasio estaba Martha Cruz, quien este domingo 29 vigilará ocho mesas electorales y tiene un punto de acuerdo con Manuel Zelaya: La Constituyente hubiera servido para que se religiera Carlos Flores, porque no hemos tenido otro como él. Aunque es liberal de pura cepa, Cruz va a vigilar las urnas a nombre de la sociedad civil. Gracias a personas como ella, el Tribunal Supremo Electoral de Honduras podrá decir que cumplió su meta de contar con 13 mil observadores.
–¿Qué va a pasar con el Partido Liberal?
–El Liberal siempre ha tenido una izquierda y una derecha, pero siempre hemos podido amalgamarnos a la hora de las elecciones. Ahora no se va a poder, ya quedamos divididos para siempre –dice Rosenthal.
“Los liberales de dinero están en contra de Mel, porque él cometió el error de dejar de identificarse con el PL. Por eso ellos no ven que esto ha sido un golpe contra el liberalismo, sino contra la izquierda, porque Mel andaba con izquierdistas, y a los liberales ya no los tomaba en cuenta. Yo se lo hice ver, que era un error, porque la izquierda en Honduras no tiene futuro.”
–¿Y quién se va a quedar con la franquicia?
–Va a costar mucho. Va a tener que salir alguien a reconstruirlo.
–Si Elvin Santos (candidato presidencial del PL) pierde, no podrá ser esa persona. Ahí se acabó su carrera.
–Mi opinión es que sí. Aunque ha habido casos, y reviven.
–¿Le ve algún futuro político a Roberto Micheletti?
–Ninguno.
–¿Y a Zelaya?
–Según muchos analistas, él va a ser el gran elector del Partido Liberal. Pero yo creo que no, porque nunca va a poder atraer de regreso a la derecha del partido, y la derecha es la mitad del partido.
–¿Quién va a devolver a los militares a sus cuarteles?
–Ése es un problema muy serio, porque ya se dieron cuenta de que tienen un poder que ya se les había quitado.
Rosenthal hace un rápido recuento de los pasos que tuvieron que dar los gobiernos civiles, desde 1982, para disminuir el poder de los militares, que hasta entonces habían mandado a fuerza de golpes de Estado. Hace diez años, cuando se nombró ministro de Defensa a un civil y se eliminó el servicio militar obligatorio, el camino parecía andado.
–Pero todo eso se esfumó el 28 de junio.
–Sí, y ésa es la parte más difícil– estima Rosenthal–. Zelaya dio un gran poder a los militares. Porque, como él los quería comprar para su continuismo, les dio dinero, de todo les daba. Duplicó la policía y le puso un militar de jefe.
–¿Y si gana Porfirio Pepe Lobo (candidato del Partido Nacional)?
–Pepe dice que va a hacer un gobierno de conciliación. Si de afuera de Honduras apoyan a Pepe con suficiente dinero, la gente va a esperar cuatro años y en cuatro años va a elegir a otro.
Si Mel hubiera pretendido relegirse nadie hubiera votado por él. Pero ahorita es una víctima del poder de los ricos y de las fuerzas armadas y se ha vuelto popular, muy popular.
Si de capacidad de acarreo se trata, el próximo presidente de Honduras se llama Pepe Lobo. En el último día de campañas, Lobo cierra en Tegucigalpa, en un campo de beisbol atiborrado de gente.
El Partido Nacional se caracteriza por poner orden en las finanzas, en la seguridad, en todo, presume la nacionalista y profesora Teresa Santos.
Será en el gobierno, porque en su cierre de campaña el Partido Nacional es un verdadero desmadre. Al principio quieren cachear a todos los que entran, pero como sólo hay un acceso, el lugar se vuelve un tapón de apretujones. Luego, como todos los nacionalistas somos disciplinados, piden que la gente se corra hacia un extremo del campo de beisbol. Sólo lo consiguen cuando comienzan a arrojar camisetas. Se arma una corretiza y hay más empujones para ganar las prendas. Luego, la mitad del lugar es una batalla campal de bolsas de agua que vuelan por los aires.
Con todo, el más aplaudido, excluyendo al candidato presidencial, es el candidato a diputado Óscar Álvarez, héroe de la mano dura contra la delincuencia durante el último gobierno nacionalista, y sobrino del dictador Gustavo Alvarez Martínez, derrocado por un golpe de Estado en los 70.
En esta campaña, los nacionalistas han buscado correrse al centro, convencido su candidato de que una propuesta muy conservadora no es atractiva electoralmente, dice el analista Gustavo Irías. Por ejemplo, han escondido a Óscar Álvarez, un hombre de ultraderecha que sería el ministro de Seguridad de Lobo, y ya no hablan, como en la campaña anterior, de la pena de muerte.
En su cierre, sin embargo, lo vuelven a sacar. Y lo proclaman héroe nuevamente, aunque el candidato presidencial ya no habla de matar a los delincuentes, sino de humanismo cristiano.
–¿Lobo puede ser presidente con la desconfianza que le tienen los poderosos de este país?
–Depende de si van a votar los liberales y por quién votan los independientes. Lobo, más que el problema de las sospechas, tiene el problema de que es feo, y en Honduras eso es delito. La gente vota por el guapo y por el simpático.
Con todo, Rosenthal piensa que “los nacionalistas están felices con el golpe de Estado, porque tenían 16 puntos abajo y la gente va a votar contra Micheletti y contra Mel (ambos liberales). A Elvin nadie lo conocía, nunca había hecho una campaña liberal y la gente votó masivamente por él sólo porque el contrincante era Micheletti.”
–A Lobo los empresarios lo ven muy parecido a Zelaya y le critican que no fue muy claro en su respaldo al golpe.
–Según las últimas encuestas, Pepe tiene el apoyo de su partido, y Elvin no tiene el apoyo del PL. El swing vote es el independiente. Hay 43 por ciento de liberales, 38 por ciento de nacionalistas y 20 por ciento de independientes. Los partiditos ésos de izquierda y la Democracia Cristiana no juntan 6 por ciento. Pero ésta ha sido una campaña atípica.
En otras ocasiones, las campañas son de intensa actividad en las plazas públicas. Ahora todo son foros en la televisión y todo lo que dicen ahí son mentiras, asegura el empresario.
–¿No es contraproducente esta campaña de elecciones seguras? En la calle hay gente que dice que el domingo 29 ni saldrá de su casa.
–Tienen un gran despliegue de policía y soldados para cuidar los centros de votación. Mi opinión es coincidente con la suya, que la gente va a decir pucha, si aquí hay 20 policías, cualquier cosa va a pasar, ¿para qué me voy a arriesgar a ir a votar?
Para las elecciones, Micheletti o quien deje a cargo mientras toma unos días de asueto con la bendición estadunidense tiene ya en las calles y plazas más de 25 mil soldados y policías, sin contar a los 5 mil 500 reservistas del ejército que llamó a servicio.
Rosenthal se asume como del ala izquierda del Partido Liberal, aunque parte del hecho de que el liberalismo, como doctrina, es de derecha. No somos de izquierda, ni comunistas, pero creemos en las reformas sociales.
–Pero ahora ganó la derecha retrógrada.
–Sí. Los dos candidatos son de derecha. Tal vez Lobo sea menos de derecha que el candidato liberal.
–¿Se va a quedar Zelaya en Honduras?
–Sí, en unos cinco años, no tiene mayor cantidad de enemigos.
–¿Pero, al salir de la embajada, adónde irá?
–El se va a ir de Honduras una temporada. Por ahora, en la embajada de EU están preocupados porque dicen que Mel está pidiendo que pongan bombas.
Eso dicen en la embajada. Pero lo que a Rosenthal le consta es que Zelaya está haciendo un gran esfuerzo por que la gente no vaya a votar. Hace un ratito estuvo llamando a Yani para que se retirara de su diputación.
Convencido de que puede ser uno de los pocos que unan al Partido Liberal, y de que puede llevar a su hijo a la presidencia de Honduras dentro de cuatro años, Rosenthal, que se había mantenido alineado con Zelaya, asistió el fin de semana a los cierres de campaña de Elvin Santos.
En el deslucido acto de Tegucigalpa, Rafael Pineda Ponce, ministro de la presidencia de Micheletti y vocero eterno de los golpistas, le daba palmaditas en la pierna derecha.
Las paredes de la oficina de Rosenthal están repletas de diplomas, la mayoría de asociaciones empresariales que le agradecen ayuda o lo felicitan por su cumpleaños. También hay muchos retratos de él, de joven, maduro y viejo. Sólo en tres fotografías aparece con otros personajes: en una, con los miembros del gabinete presidencial del que formó parte. En las otras dos con Ronald Reagan.

Formando golpistas, en vista del "éxito" obtenido en Honduras

RELIGIOSOS, SINDICALISTAS, MAESTROS, ESTUDIANTES, PACIFISTAS Y VETERANOS DE GUERRA PROTESTARON EN GEORGIA
Exigen cerrar la Escuela de las Américas
Los críticos la llaman “Escuela de asesinos”. Afirman que militares egresados de allí estuvieron involucrados en golpes de Estado, tortura, desapariciones y otras violaciones a los derechos humanos en muchos países de la región.
Por David Brooks *
Desde Nueva York
Miles de religiosos, sindicalistas, maestros, estudiantes, pacifistas, veteranos de guerra y solidarios internacionales se manifestaron este fin de semana en Georgia, frente a las rejas del Fuerte Benning, en la movilización anual para exigir el cierre de la Escuela de las Américas, donde Estados Unidos ha capacitado a militares latinoamericanos involucrados en algunas de las peores violaciones de derechos humanos en el hemisferio, incluido el golpe de Estado en Honduras.
Unos cuatro activistas fueron arrestados por ingresar a la base militar, mientras una marcha realizada el domingo, en la que se recordó a miles de víctimas de los egresados de la institución militar estadounidense, fue la culminación de todo un fin de semana de actividades que incluyeron vigilias, foros, un concierto de las Indigo Girls y presentaciones de defensores de derechos humanos de varios países latinoamericanos.
La organización School of Americas Watch (SOAW), fundada y encabezada por el sacerdote Roy Bourgeois, se ha dedicado desde 1990 a promover la clausura de la originalmente llamada Escuela de las Américas (SOA), actualmente rebautizada como Instituto de Cooperación para la Seguridad Hemisférica Whinsec (por sus siglas en inglés), centro de capacitación para militares, civiles y policías latinoamericanos con sede en el Fuerte Benning.
Los críticos la llaman “Escuela de asesinos”. Afirman que militares egresados de ahí han estado involucrados en golpes de Estado, tortura, desapariciones y otras violaciones a los derechos humanos en muchos países de la región. De hecho, señalan que dictadores como Hugo Banzer, de Bolivia, y Efraín Ríos Montt, de Guatemala, egresaron de la escuela, así como los militares responsables de la matanza de El Mozote y el asesinato del arzobispo Oscar Arnulfo Romero en El Salvador, al igual que otros crímenes en Colombia y México, entre otros.
En esta ocasión, SOAW dedicó las acciones en conmemoración del 20° aniversario del asesinato de los seis padres jesuitas en El Salvador, cometido en parte por egresados de esta escuela. Pero el enfoque también fue sobre las bases militares colombianas que serán usadas por Estados Unidos, y sobre Honduras, donde se señaló que los líderes del golpe militar, el general Romero Vásquez, jefe del estado mayor, y el general Luis Prince Suazo, jefe de la fuerza aérea, son egresados de esta escuela. Por ello, una de las invitadas a la movilización de este fin de semana es Bertha Oliva, fundadora del Comité de Familiares Detenidos Desaparecidos en Honduras.
“Los temas del golpe en Honduras y el de las bases militares en Colombia (donde militares estadounidenses usarán siete bases en ese país conforme a un nuevo acuerdo) pusieron en tiempo presente el asunto de esta escuela” y su papel en la política estadounidense hacia América latina, comentó Lisa Sullivan, una de las coordinadoras de SOAW, en entrevista telefónica con este diario desde Georgia. “La militarización de la política estadounidense en América latina cobró mayor relevancia con los casos de Honduras y Colombia.” Por ello fue tan contundente la participación en la movilización de figuras como Oliva, de colombianos y venezolanos que juntos advirtieron de los efectos nocivos del acuerdo sobre las bases en Colombia para sus pueblos, afirmó Sullivan.
La escuela, que incluso cambió de nombre en parte por las intensas campañas en su contra, insiste en que su función es la profesionalización de militares latinoamericanos para la consolidación de la democracia y el pleno respeto a los derechos humanos.
Según el coronel Félix Santiago, comandante de Whinsec, “la diversidad de nuestro cuerpo de estudiantes –cerca de mil al año– respalda nuestros esfuerzos de ir en la dirección correcta para enfrentar los futuros desafíos y consolidar la democracia en esta región. Nuestro compromiso total con los derechos humanos está entretejido dentro del programa de Whinsec”. En su presentación en el sitio de Internet del instituto afirma que “nuestro lema, ‘Libertad, Paz y Fraternidad’, nos conlleva a que juntos marquemos la diferencia en la región”.
Más de 61 mil militares e integrantes de otras fuerzas de seguridad latinoamericanos han sido capacitados en la escuela desde su fundación, hace 63 años. La primera sede fue en Panamá, y la escuela fue trasladada al Fuerte Benning a mediados de los ’80.
Pero SOAW denuncia que “cientos de miles de latinoamericanos han sido torturados, violados, asesinados, desaparecidos, masacrados y obligados a huir por soldados y oficiales entrenados en esa escuela. Los egresados de la SOA persiguen a los educadores, organizadores de sindicatos, trabajadores religiosos, líderes estudiantiles, y a los pobres y campesinos que luchan por los derechos de los damnificados”.
Por ello, SOAW y su creciente red de apoyo no cesan en su campaña de acción directa no violenta, cabildeo y educación para clausurar la escuela, como parte de su objetivo de impulsar un cambio a fondo en la política exterior de Washington.
SOAW ha logrado –a través de una creciente red de apoyo en el país y el hemisferio– que cada vez más legisladores estadounidenses promuevan iniciativas para cerrar la escuela o por lo menos obligarla a rendir más cuentas. A la vez, triunfaron en sus esfuerzos de convencer a Uruguay, Argentina y Bolivia de dejar de enviar militares a estudiar allí.
* De La Jornada de México. Especial para Página/12.
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