martes, 22 de septiembre de 2009

Cumbre sobre cambio climático




Obama dice que los países deben lograr un acuerdo para evitar una "catástrofe irreversible"
Naciones Unidas, 22 sep (EFE).- El presidente de EE.UU., Barack Obama, lanzó hoy un apasionado llamamiento a los países, tanto desarrollados como en desarrollo, para llegar a un acuerdo contra el cambio climático y evitar una "catástrofe irreversible", pero no ofreció propuestas concretas.

Aunque las posiciones se encuentran aún distantes, y "lo más difícil está por delante" para alcanzar un convenio en la reunión de Copenhague en diciembre que sustituya al Protocolo de Kioto, "la dificultad no es excusa para la complacencia", sostuvo Obama en la cumbre sobre cambio climático que se celebra hoy en la ONU.
Un centenar de líderes de todo el mundo se dieron cita este martes en las Naciones Unidas para acudir a este foro convocado por el secretario general Ban Ki-Moon y tratar de acercar posturas para un recorte de las emisiones de gases contaminantes.
En un discurso que fue acogido con aplausos, pero sin entusiasmo por los líderes presentes, Obama subrayó que tanto los países desarrollados como en vías de desarrollo comparten la responsabilidad para luchar contra el problema, en una carrera contra el tiempo.
Las naciones en desarrollo que producen "prácticamente todo el crecimiento en las emisiones de carbono deben también poner de su parte".
"No podremos resolver este desafío a menos que los principales emisores de gases invernadero actúen al unísono. No hay otro modo", destacó Obama, quien subrayó que cualquier acuerdo deberá incluir asistencia para los países en desarrollo más pobres, para que se adapten al impacto del cambio climático y empleen tecnologías limpias.
Hasta el momento, el logro de un acuerdo se ha visto complicado por la resistencia de las naciones en vías de desarrollo, y en especial de India y China -dos de las mayores productoras de gases contaminantes-, a adoptar metas para el recorte de emisiones.
Estos países alegan que Estados Unidos, responsable del 25 por ciento de las emisiones mundiales, debe adoptar medidas más drásticas.
En su discurso hoy también ante la cumbre, el presidente chino, Hu Jintao, prometió reducciones "notables" de las emisiones de su país, que constituyen el 20 por ciento del total mundial.
"Vamos a reducir notablemente nuestras emisiones de dióxido de carbono por punto de crecimiento económico de aquí a 2020 en comparación con los niveles de 2005", declaró Hu, que no ofreció cifras concretas.
Obama reconoció que en el pasado -bajo la Administración del mandatario George W. Bush- EE.UU. estuvo lento a la hora de reaccionar, pero "ha llegado una nueva era" y ahora Washington "está decidido a actuar".
Estados Unidos, sostuvo, "ha hecho más por promover una energía limpia en los últimos ocho meses que en cualquier otro momento de nuestra historia", con medidas como nuevos estándares para el consumo de los automóviles.
Además, anunció que buscará el fin de las subvenciones a los combustibles fósiles en la cumbre del G-20 que se celebrará en Pittsburgh (EE.UU.) los próximos jueves y viernes, otra cita en la que el cambio climático ocupará un lugar destacado.
En EE.UU., la adopción de metas de reducción de emisiones depende de que el Congreso apruebe legislación pendiente que prevé la reducción para 2020 de emisiones a los niveles de 1990. Pero el Capitolio se encuentra centrado ahora en la reforma sanitaria y ya ha indicado que no adoptará medidas hasta el año próximo.
Obama reiteró que los países desarrollados liderarán este desafío mediante la inversión en energías renovables, la promoción de una mayor eficiencia en su consumo y una reducción de emisiones a medio plazo en 2020 y a largo plazo para 2050.
En declaraciones a la prensa, el principal negociador estadounidense para el G-20, Michael Froman, dio la bienvenida al anuncio de Hu sobre reducciones, aunque precisó que el alcance de la medida dependerá de "cuál será la intensidad" de los recortes.






Ban pide unidad en la lucha contra el cambio climático de cara a la cumbre de Copenhague


Naciones Unidas, 22 sep (EFE).- El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, apeló hoy a la unidad para luchar contra el cambio climático y aprobar el acuerdo de Copenhague, al tiempo que subrayó al centenar de líderes que asiste a esta cumbre que con sus decisiones están ante una "prueba de liderazgo".
"Hoy pido a los líderes de los países industrializados que están aquí que den el primer paso. Si lo hacen, los demás les seguirán. Y a los de los países en desarrollo les pido que aceleren sus esfuerzos", indicó Ban en la apertura de la conferencia mundial sobre el cambio climático que reúne a los 192 países de la ONU.
Ban, en un tono inusualmente firme y enérgico, les advirtió que su "fracaso en lograr un acuerdo amplio en Copenhague será inexcusable a nivel moral, económicamente míope y poco sabio políticamente".
A la petición de unidad de Ban se sumó el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que en su primer discurso en la ONU hizo un apasionado llamamiento para lograr el acuerdo en la capital danesa y evitar así lo que calificó de "catástrofe irreversible".
Sin embargo, Obama no ofreció propuestas concretas, ya que pese a que su Gobierno ha cambiado de posición respecto a ese problema, el Congreso, centrado ahora en la reforma sanitaria, no votará la legislación prevista al respecto hasta 2010.
Las negociaciones de cara a la cumbre sobre el cambio climático que tendrá lugar en Copenhague en diciembre próximo y que están encaminadas a cerrar un acuerdo que sustituya al Protocolo de Kioto cuando expire en 2012, avanzan a un ritmo muy lento.
"Estas negociaciones avanzan a una velocidad glaciar. Los grandes glaciares del mundo desaparecen más rápido que los progresos humanos para protegerlos", dijo Ban.
Una vez más, la solución a un problema global ha generado el mismo tipo habitual de diferencias entre países industrializados y en desarrollo, ya que no se ponen de acuerdo sobre cómo distribuir la reducción de emisiones de gases contaminantes que producen el efecto invernadero.
Además, los países menos desarrollados quieren que los más ricos contribuyan con elevada financiación a sus esfuerzos por reducir esas emisiones, fundamentalmente de dióxido de carbono.
"Tienen que dejar de ser líderes nacionales para serlo globales y cumplir con las necesidades de sus pueblos", les recomendó Ban, quien también les pidió que instruyan a los negociadores con "apoyo político directo" para resolver los asuntos centrales y acelerar las negociaciones, además de presentar ofertas más ambiciosas.
A todos les sugirió que "en vez de estar pidiéndose concesiones unos a otros, vean la manera en que pueden contribuir a un bien mayor. Un acuerdo exitoso en Copenhague significará más prosperidad, seguridad y equidad para todos".
A esta reunión asisten los líderes de los mayores contaminadores del planeta como son Estados Unidos y China, que son responsables respectivamente del 20% de las emisiones contaminantes, así como los 27 países de la Unión Europea (UE), que emiten el 14% de esos gases, seguidos por Rusia e India, con el 5% cada uno de ellos.
De China y de su presidente, Hu Jin-tao, llegó la propuesta de "reducir para 2020 en un notable margen las emisiones de dióxido de carbono por Producto Interior Bruto (PIB) en relación al nivel de 2005".
Hu, quien intervino tras Obama, no ofreció muchas cifras que concretaran sus compromisos, pero insistió en que era necesario una firme promesa por parte de todos los países.
El nuevo primer ministro de Japón, Yukio Hatoyama, comprometió a sus país a reducir en 2020 sus emisiones en un 25% respecto a los niveles de 1990, al tiempo que insistió en que "el cambio climático requiere de respuestas globales" y que las naciones en desarrollo tienen también que reducir esos gases, para mejorar su desarrollo y aliviar sus niveles de pobreza.
Por su parte, el presidente de Bolivia, Evo Morales, propuso a la comunidad internacional la creación de un Tribunal de Justicia climático, como instancia de investigación permanente a Gobiernos y empresas que contaminan el medio ambiente.
El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, insistió en la idea de crear una Organización Mundial del Medio Ambiente para desarrollar un derecho internacional en la materia, "tan respetado como el del comercio".
Además, la directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Josette Sheeran, señaló que el cambio climático "tiene un efecto multiplicador de las crisis", en un momento en que el mundo afronta difíciles situaciones financieras y alimentarias que golpean sobre todo a los más pobres.