miércoles, 4 de noviembre de 2009

La trampa de una nueva Guerra Fría

Para América latina la traampa es más que obvia. Una nueva Guerra Fría es la coartada perfecta para evitar la discusión de fondo: el calentamiento global, los recursos naturales y la soberanía que sobre ellos tienen sus gobiernos. Esto se ve no sólo en la máscara democrática de quienes dan los golpes de estado (caso Honduras), cuyo razonamiento recuerda a los del anterior gobierno de Estados Unidos -buscar la paz fabricando guerras-. En el profundo desprecio hacia la institucionalidad democrática, la oposición de derecha ha perdido el sentido de la ubicación y se ha vuelto extrema, mostrando su vocación autoritaria sin ambages.
Celebramos que las antiguas Alemanias se hayan reunificado, celebramos la desaparición del estalinismo, pero una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.

Encuentro Merkel-Obama

La canciller alemana, Angela Merkel, agradeció calurosamente a Estados Unidos por su ayuda en la caída del Muro de Berlín, hace veinte años. Primera dirigente alemana que se dirige al Parlamento norteamericano después de que lo hiciera Konrad Adenauer en 1957, Merkel elogió las iniciativas de los ex presidentes John F. Kennedy, Ronald Reagan y George Bush padre, quienes contribuyeron a poner fin a la división de Alemania, reunificada en 1990. “Yo lo sé, los alemanes lo saben, hasta qué punto reconocemos a nuestros amigos norteamericanos. ¡Jamás lo olvidaremos! A título personal ¡jamás lo olvidaré!”, expresó. La canciller hizo notar la necesidad de movilizarse ante las amenazas geopolíticas, lanzando una advertencia al gobierno iraní y su programa nuclear: “Irán sabe cuál es nuestra oferta, y sabe también hasta dónde estamos dispuestos a llegar”.
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